En el marco del nuevo acuerdo de facilidades extendidas firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la gestión del presidente Javier Milei se comprometió a implementar una reforma integral del sistema previsional. Esta iniciativa fue asumida como parte del programa económico delineado en el entendimiento alcanzado con el organismo multilateral, que tendrá una duración de cuatro años y busca consolidar la estabilidad macroeconómica.
La reforma previsional, que debe estar diseñada para diciembre de 2026, fue incluida como un criterio estructural del programa. Según los documentos oficiales, el objetivo central será mejorar la equidad y la sostenibilidad del sistema. Para ello, se prevé una reestructuración del esquema vigente, actualmente caracterizado por su fragmentación, con el fin de alinear de manera más eficiente las contribuciones con los beneficios otorgados. Esta modificación también buscará incentivar una mayor formalización del empleo en el mercado laboral argentino.
El compromiso en materia previsional se enmarca dentro de una estrategia fiscal más amplia basada en el principio de déficit cero, que el Gobierno ya comenzó a implementar. En ese sentido, las autoridades destacaron que durante los primeros meses de la gestión se logró registrar el primer superávit fiscal en casi dos décadas. El programa acordado con el FMI enfatiza la necesidad de fortalecer la calidad y la sostenibilidad de ese ancla fiscal a través de una disciplina continua en el gasto público, mejoras en la eficiencia y una secuencia adecuada de reformas en los sistemas tributario, de coparticipación federal y previsional.
El mes pasado, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) puso punto final a la moratoria previsional. De esta manera, el deja de pagar la jubilación mínima (menos aportes adeudados) a las 140.000 mujeres que accedían al sistema cada año, al cumplir los 60. Deberán esperar hasta tener 65 para acceder a la Prestación Universal para Adultos Mayores (PUAM). En el caso de los hombres, se abonara menos a los 100.000 beneficiarios que, con 65 años, no reúnen los aportes necesarios.
Las moratorias previsionales nacieron en 2005 como una improvisada respuesta a la baja cobertura que se derivaba del deterioro laboral. La alta inactividad laboral (especialmente entre las mujeres) y la masiva informalidad laboral hacía que mucha gente no pudiera cumplir con el mínimo de 30 años de aportes que se exige para acceder a la jubilación. Por esta razón, en aquel entonces había aproximadamente 4,6 millones de personas en edad jubilatoria de las cuales sólo poco más de la mitad tenía jubilación o pensión en el sistema previsional nacional, recuerda la Fundación Mediterránea.